EL LLAMADO A SER SANTOS
November 23, 2025
Nuestra salvación no es solo para vivir en el Cielo por la eternidad, sino también para vivir una vida de santidad aquí en la tierra.
La santidad es la meta de cada creyente. Somos llamados a la santidad porque Dios es santo.
1. ¿QUÉ ES LA SANTIDAD?
- Santo (Kadosh) – Significa “cortar” o “romper”.
- Ser santo significa ser separado, apartado o cortado de todo lo demás. Significa ser moralmente puro en todo momento y de cualquier manera posible.
- Que Dios sea santo significa que él es separado y apartado de todo lo que existe en el universo creado; así que no hay nada ni nadie como él.
- Isaías 40:25-26 «¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo. 26 Levanten la mirada a los cielos. ¿Quién creó todas las estrellas? Él las hace salir como un ejército, una tras otra, y llama a cada una por su nombre. A causa de su gran poder y su incomparable fuerza, no se pierde ni una de ellas.
- Ya que no hay nada ni nadie como Dios, no se le puede comparar.
- Éxodo 15:11 »Oh Señor, entre los dioses, ¿quién es como tú: glorioso en santidad,
imponente en esplendor, autor de grandes maravillas? - 1 Samuel 2:2 ¡Nadie es santo como el Señor! Aparte de ti, no hay nadie; no hay Roca como nuestro Dios.
- Isaías 6:1-3 1 El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo. 2 Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban. 3 Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!».
- La santidad no es algo externo que Dios posee. La santidad es la esencia de quien él es.
Dios es santo en cada atributo y en cada acción: es santo en la justicia. Él es santo en el amor. Es santo en misericordia. Es santo en poder. Es santo en soberanía. Es santo en sabiduría. Es santo en paciencia. Es santo en la ira. Es santo en gracia. Es santo en su fidelidad. Es santo en compasión. ¡Incluso es santo en su santidad! Paul David Tripp
2. EL LLAMADO A LA SANTIDAD
- Levítico 20:26 Sé santo (Kadosh) porque yo, el Señor, soy santo (Kadosh). Te he separado de las demás naciones para que seas mío.
- Dios deja claro que quiere que su pueblo, Israel, sea diferente en medio de una cultura moralmente corrupta.
- Dios quiere que su pueblo sea santo y evite cualquier cosa o persona que pueda arruinar su relación con Él.
- La santidad del pueblo de Dios provenía de una relación personal y amorosa con Dios.
- Ser obediente a Dios por amor no es una carga, sino una bendición.
3. EL LLAMADO A LA SANTIDAD TAMBIÉN ES PARA NOSOTROS HOY EN DÍA EN EL SIGLO 21.
- 1 Pedro 1:15-16 14 Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, 15 pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. 16 Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo».
- La santidad NO es una sugerencia.
- Isaías 6:5-8 5 Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales». 6 Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. 7 Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados». 8 Después oí que el Señor preguntaba: «¿A quién enviaré como mensajero a este pueblo? ¿Quién irá por nosotros?». —Aquí estoy yo—le dije—. Envíame a mí.
- En Lucas 5:8 Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —Señor, por favor, aléjate de mí; soy un hombre tan pecador. V.10 Jesús lo recluta para su obra.
- Mateo 5:27-28 27 »Han oído el mandamiento que dice: “No cometas adulterio”. 28 Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.
¿QUÉ HACE QUE LA SANTIDAD SEA DIFÍCIL?
- La lucha constante con nuestra carne (Romanos 12:1-2; Gálatas 5:16-17)
- La santidad no se desarrolla rápidamente.
- Nos comparamos con los demás.
- Puede ser difícil de medir.
INDICADORES QUE NOS PUEDEN AYUDAR A QUE LA SANTIDAD SEA UN ESTILO DE VIDA.
T.W. HUNT
- Mi conciencia responde rápidamente al Espíritu Santo.
- A lo largo del día me vuelvo más consciente de Dios.
- La alegría y la paz de Cristo están reemplazando las alegrías carnales.
- Acepto las circunstancias de mi vida como una herramienta de Dios.
- Siempre consulto al Señor antes de tomar una decisión.
- Estoy creciendo en humildad ante Dios y con los demás.
- Estoy desarrollando un deseo más fuerte de no pecar.
- Estoy creciendo en mi sed de Dios y de estar en el centro de Su voluntad.
- Leo mi Biblia y oro con mayor frecuencia.
CONCLUSIÓN
¿Es posible ser santo en la cultura en la que todos vivimos? Sí.
- No dejemos que la cultura dicte nuestras vidas; en cambio, dejemos que Dios y Su Palabra guíen nuestra manera de vivir.
- Jesús demostró Su amor completo en la cruz. Se entregó a sí mismo por completo. De la misma manera, él nos llama a un compromiso total para seguirlo. Jesús siempre ha exigido a sus seguidores una entrega total.
- ¿Qué te está guiando el Espíritu de Dios a hacer ahora mismo? ¿Qué tienes que cortar en tu vida para ser separado para Dios?
“Lo malo sigue siendo malo, aunque todos lo hagan. Lo bueno sigue siendo lo bueno, aunque nadie lo haga.”
CONSEJOS PRÁCTICOS:
- Mantengamos nuestra atención centrada en el carácter de Dios.
- Desarrollemos patrones de integridad y convicciones en nuestras vidas.
- Rodéate de otros que se muevan en una dirección sabia y piadosa.
- A través de la mirada diaria hacia Jesús y lo que hizo por nosotros en la cruz y lo que nos espera en la eternidad (Hebreos 12:1-2).
- Imita la actitud y el carácter de Jesús (Efesios 5:1-2 y Filipenses 2:5-11).
ORACIÓN DE SALVACIÓN
Señor Jesús, admito que soy un pecador. Sé que el castigo por mi pecado es la muerte física, espiritual y eterna. Reconozco que no puedo hacer nada con respecto a mi situación. Pero yo sé que viniste a pagar el castigo por mi pecado. Confío solo en Ti como Aquel que murió en mi lugar. Me arrepiento de mi pecado y confío en Ti como el único que puede ponerme en una relación eterna con el Dios vivo. Deseo ser Tu hijo. Deseo vivir como Tu hijo. En tu nombre. Amén.