MIDWEEK: ACERCA DE LA MAYORDOMIA – SERIE, “ES BUENO SABER”

April 30, 2025

LA MAYORDOMÍA – ¿QUE ES EXACTAMENTE?

  • La mayordomía es mencionada en más de 2,300 versículos.
  • Para los cristianos, la mayordomía implica reconocer la fuente de nuestros recursos y entender cómo debemos administrarlos.
  • Entender y aplicar una buena mayordomía es fundamental para crecer como discípulos de Jesús.
  • El ser buenos mayordomos de Jesús nos permite tener una perspectiva más amplia de nuestra relación con Dios y a ordenar nuestras finanzas, valores y vidas en función del reino de Dios.
  • Si no practicamos la mayordomía bíblica, acabamos desperdiciando oportunidades para glorificar a Dios y promover su reino en la Tierra.

 

¿QUÉ IMPLICA LA MAYORDOMÍA BÍBLICA?

  • Mayoordomo es un título laboral antiguo que tiene su origen en la palabra Oikonomia, la cual significa “gestión” o “administración“. Esta palabra se deriva de oikos (casa) y nomos (ley), y puede interpretarse también como la administración de un hogar o de recursos. Se refiere a una persona encargada de cuidar o gestionar algo en nombre de otra persona.
  • Hoy en día hay una gran variedad de profesiones, roles y situaciones que podrían clasificarse en la categoría de mayordomía.
  • Siempre que asumes la responsabilidad de algo que pertenece a otra persona, eso es administración, eso es mayordomía.

 

TODO LE PERTENESE A DIOS

  • La mayordomía bíblica nos invita a reconocer que Dios es el auténtico propietario de todo lo que tenemos y somos. Y que Dios espera que gestionemos sus recursos de una manera específica.
  • La Biblia establece de manera clara que, como creador de todo, Dios es el propietario de todo.
  • Job 41:11 ¿Quién me ha otorgado algo que deba restituir? Todo lo que existe bajo el cielo es mío.
  • Incluso nosotros somos su propiedad:
  • Salmo 24:1 Del Señor es la tierra y todo lo que contiene. El mundo y todos sus habitantes le pertenecen.
  • Como Dios es el propietario de todo, todo lo que poseemos proviene de Él. No solo nuestros recursos. Elementos como la riqueza, el honor, la fuerza, el poder y la autoridad también le pertenecen.
  • 1 Crónicas 29:12 La riqueza y el honor provienen únicamente de ti, ya que lo controlas todo. El poder y la fuerza están en tu mano, y a tu voluntad los pueblos se engrandecen y se fortalecen.
  • El reconocer que todo, incluso nuestras vidas le pertenecen a Dios es uno de los aspectos más desafiantes de la mayordomía bíblica que los discípulos de Jesús debemos entender.

 

DIOS OTORGA RECURSOS A SUS HIJOS

  • A Dios le interesa cómo utilizas lo que él te encomienda.
  • La mayordomía abarca más que simplemente “tomar prestado” cosas de Dios. Él no solo nos presta dinero y otros recursos; nos los encomienda.
  • Mientras estén bajo nuestro cuidado, tenemos la posibilidad de utilizar los recursos de Dios a nuestro antojo.
  • Podemos destinarlos completamente a nuestro beneficio y emplearlos en asuntos que solo nos conciernen.
  • Sin embargo, Dios confía en nosotros para hacer mucho más que eso.
  • Como administradores (mayordomos), nuestra misión es emplear los recursos de Dios de maneras que avancen sus Reino que incluye atender las necesidades de los demás.

 

TENEMOS LA OBLIGACIÓN DE SER BUENOS ADMINISTRADORES

  • La mayordomía no consiste en devolverle algo a Dios. Se trata de utilizar lo que nos ha otorgado para alcanzar algo significativo.
  • En Mateo 25:14-30 Jesús narra la parábola de los talentos en el marco de la preparación para su regreso.
  • No es suficiente con no malgastar lo que Dios nos proporciona. Debemos garantizar que Dios obtenga un buen rendimiento de su inversión. ¿Cuál inversión? El rescate de nuestras vidas a través del sacrificio de nuestro señor Jesús en la cruz, él nos ha comprado!
  • Pero no podemos tener ambas cosas. Mateo 6:19-21 «No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla los consume y el óxido los corrompe, y donde los ladrones excavan y roban. 20 Almacenen sus tesoros en el cielo, donde la polilla y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no excavan ni roban. 21 Donde esté su tesoro, allí también estarán los anhelos de su corazón.»
  • La mayordomía bíblica nos motiva a acumular tesoros en el cielo.

 

EL DIEZMO EN LA PRIMERA IGLESIA

  • Los primeros cristianos no se restringían a diezmar como lo requería el Antiguo Testamento. Compartían todo (Hechos 2:44).
  • Unir sus recursos generó una oportunidad para confiar en que Dios proveería y manifestaría su inmenso amor a los demás.
  • Hechos 4:32-35 Todos los creyentes estaban en perfecta armonía y compartían un mismo propósito. Sentían que sus posesiones no les pertenecían, por lo que compartían todo lo que tenían. 33 Los apóstoles testificaron con gran firmeza sobre la resurrección del Señor Jesús, y la abundante bendición de Dios se derramó sobre todos ellos. 34 No había personas necesitadas entre ellos, ya que aquellos que poseían terrenos o casas los vendían 35 y entregaban el dinero a los apóstoles para que lo distribuyeran entre los necesitados.

 

“NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS”

  • La mayordomía bíblica nos invita a servir a Dios con nuestros recursos.
  • Mateo 6:24 Nadie puede servir a dos señores. Porque odiarás a uno y amarás al otro; te aferrarás a uno y despreciarás al otro. No se puede servir a Dios y ser esclavo del dinero.
  • ¿Nos enfocamos en ganar, poseer y alcanzar más, o nos comprometemos a expandir el reino de Dios?

 

“ADMINISTRADORES DE LOS MISTERIOS QUE DIOS HA DESCUBIERTO”

  • El apóstol Pablo no veía la mayordomía únicamente como un tema financiero, también consideraba que su entendimiento era un recurso esencial.
  • Exhortó a los corintios a ser mayordomos de lo que se les había encomendado.
  • 1 Corintios 4:1-2 Así que, a Apolos y a mí, considérennos como simples siervos de Cristo, a quienes se nos encargó la tarea de explicar los misterios de Dios. 2 Ahora bien, alguien que recibe el cargo de administrador debe ser fiel.
  • “Administradores de la gracia divina” De la misma manera, tenemos la responsabilidad de gestionar la gracia de Dios. Dios nos ha otorgado talentos a cada uno, y cuando los empleamos para servir a los demás —especialmente a aquellos que no pueden retribuirnos o que no merecen ese servicio—, compartimos su gracia con los demás.

 

¿COMO PODEMOS CONVERTIRNOS EN BUENOS MAYORDOMOS DE LOS RECURSOS DE DIOS?

  • Todo cristiano debe esforzarse por ser un administrador leal de los recursos, talentos, bendiciones y responsabilidades que Dios le ha otorgado.
  • No todos creen en Dios. Y no todos consideran que tienen la responsabilidad de utilizar lo que poseen de una manera particular. Sin embargo, cada individuo es un administrador, ya sea cristiano o no.
  • Independientemente de que alguien lo reconozca o no, todo sigue siendo de Dios.
  • Ser un buen administrador empieza por aceptar que ya lo eres.

 

APRENDE LO QUE DIOS APRECIA

  • Parte de nuestra responsabilidad como administradores consiste en utilizar de manera sabia lo que Dios nos proporciona.
  • Es fundamental emplear nuestros recursos, habilidades, dones y tiempo de formas que sean significativas para Dios.
  • Si deseamos ser buenos administradores, debemos interesarnos por las cosas que le importan a Dios.
  • Dios también desea redimir al mundo a través del evangelio, y nos ha encomendado participar en ello (Mateo 28:16-20).
  • Santiago 1:27 “La religión auténtica y verdadera ante Dios el Padre implica cuidar de los huérfanos y de las viudas en sus tribulaciones y no dejar que el mundo los contamine.”

 

REFLEXIONA SOBRE LO QUE IMPLICA DESPERDICIAR LO QUE POSEES

  • A menudo consideramos “cuidar las cosas” como mantenerlas en óptimas condiciones. Sin embargo, si tus herramientas, vehículos, alimentos, hogar, entretenimiento y otras pertenencias permanecen intactas o se utilizan únicamente para tu comodidad, ¿realmente eso constituye una buena administración?
  • Al esforzarte por ser un buen administrador, deberías comenzar a pensar de manera distinta acerca de tus posesiones. Todo pertenece a Dios, y todo lo que Él nos otorga simboliza nuevas oportunidades para servir a los demás y difundir el amor de Cristo.

 

ORACIÓN DE SALVACIÓN

Señor Jesús, admito que soy un pecador. Sé que el castigo por mi pecado es la muerte física, espiritual y eterna. Reconozco que no puedo hacer nada con respecto a mi situación. Pero yo sé que viniste a pagar el castigo por mi pecado. Confío solo en Ti como Aquel que murió en mi lugar. Me arrepiento de mi pecado y confío en Ti como el único que puede ponerme en una relación eterna con el Dios vivo. Deseo ser Tu hijo. Deseo vivir como Tu hijo. En tu nombre. Amén.

Si has hecho esta oración de todo corazón, por favor háznoslo saber haciendo click aquí y llenando la forma.

 

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